Es indescriptible y maravilloso
como el ser humano en su complejidad puede ser capaz de vivir con cantidades
infinitas de percepciones en su interior, como si fuese un universo entero el
cual colisiona con muchos más, generando así el movimiento cósmico que da vida
al tiempo.
En una noche como hoy contemplo
ballenas navegar sobre la luna. Como si estuvieran llamadas a hacer una danza de
alegría y melancolía sobre el lienzo negro que habita en mi pensamiento y que
es el reflejo que al alzar mi cabeza contemplo sin parar. La luna con sus
calendarios marcados por mi corazón, como si fuera eterna y tallada en las melodías
de las canciones que alguna vez descubrí y de las cuales hice parte de mí.
Una noche como esta aparto mis
ojos de la ciudad y me pierdo en los pastizales de mi conciencia. Veo a los
ojos de los que me rodean y encuentro estrellas. Mis ojos son dos telescopios
buscando algo más en aquellos misteriosos universos. Soy la nada y soy ambigüedad
que esta noche quiso ante si escribir algo para su arrogancia.
La noche, su noche y ante todo mi
gran noche, donde comí sentado bajo un planeta que me desconoce y que no
intento conocer, abrazado bajo estrellas cegadas por la luz de la ciudad y una
luna que reclama a los hombres su atención. Una comida poco galante para un espectáculo
de última categoría. ¿Y es que algo tan sencillo como contemplar el cielo
nocturno es para ustedes algo de su quehacer cotidiano? Esta noche de oscuridad
en mi alma, confieso que encontré un sendero de luz discontinuo donde me sentí más
cerca de aquella persona que quiero ser.
Una noche clara es lo que quiero
ser, mas cuanta oscuridad oculta nos aterra y pone ciegos. Una sonrisa es
suficiente para disipar las cosas que nos entretienen y no permiten que alcemos
nuestras cabezas al cielo. Contemplar con maravilla las melodías que hacemos de
nuestro existir.
Esta noche hay a lo lejos un
cielo turbio y lleno de relámpagos incesantes que llenan de espectáculos incesantes
el horizonte. La noche nos habla y explica que la vida es un elemento complejo
que está en incesante cambio y que nos pule como a rocas que poco a poco con el
viento irán viajando partes de lo que alguna vez fuimos y dejara solamente lo que
llegaremos a ser, hasta el punto de volar totalmente en una nube cósmica,
naciendo en algún nuevo punto del cosmos.
Soy como esta noche. Con una
oscuridad permanente, fría y agotante. Donde ningún ser me llega a contemplar
de tal manera que pueda comunicarse con mi ser. Con mi existir. Y mi presencia
es como un sentimiento agonizante donde el silencio es el medio por donde
viajará el rumbo de los caminantes a los que la tierra no les quiso brindar un
sendero sino que tuvieron que escapar de ahí para subir por peldaños inhóspitos
y llenos de incertidumbres.
Esta es mi noche y estas son mis
palabras poco gráciles y amangualadas que poco pueden describir la explosión de
circunstancias entreveradas a las que pocos llegarán a entenderme. Pues poco
probable es que un ser llegue a conocer un universo completamente.
una noche como hoy espero algún día dejar de existir.